(Por Jose Antonio Domínguez Silgado). En un mundo donde la seguridad se ha convertido en una preocupación central tanto para individuos como para corporaciones, la calidad del personal encargado de proveer seguridad privada es una variable que no puede ser subestimada. Un profesional de seguridad privada formado no solo posee las habilidades técnicas necesarias para realizar su trabajo eficientemente, sino que también entiende la ética, la psicología y las regulaciones legales que rigen su labor. Este artículo explora las diferencias fundamentales entre un profesional de seguridad privada con formación y uno con la básica, destacando la importancia de una educación adecuada en este campo vital.