(Por Jose Antonio Domínguez Silgado) – Sin escudo protector en sus funciones careciendo de autoridad. En el tejido de la seguridad privada en España, el año 1992 marcó un punto de inflexión crucial, no solo en términos de desarrollo social y económico, sino también en la transformación de la percepción y el rol de los vigilantes de seguridad. ¿El cambio más evidente?: la erosión gradual de la autoridad que alguna vez caracterizó a estos profesionales. En ese año, España vivía una metamorfosis palpable. La celebración de los Juegos Olímpicos en Barcelona simbolizaba la apertura del país al mundo, una nueva era de modernidad y progreso. Sin embargo, en el contexto de la seguridad privada, se desencadenó un proceso que, con el tiempo, ha erosionado la percepción de la autoridad de los vigilantes.