(Por SoySeguridadPrivada) – La alarma generada en los últimos días por el envío por correo de seis sobres de color marrón con material pirotécnico al presidente Pedro Sanchez, la ministra de defensa Margarita Robles, las embajadas de Ucrania y EEUU, la base aérea de Torrejón y una empresa de armamento de Zaragoza, ha provocado, como ya suele ser habitual en estos casos, que se mire de reojo la labor de los Vigilantes de Seguridad adscritos a los servicios de radioscopia de estos destinos.
Los investigadores piden prudencia, y avanzan que existen indicios que apuntan a que los sobres provienen del territorio español, de entornos «pro-rusos» o de extrema-izquierda anti OTAN, y que el contenido es de carácter «casero y pirotécnico» que produce una llamarada, sin una explosión, con cambio de presión y destrucción de lo que encuentre en su entorno.
Al menos uno de los sobres fue localizado por personal de seguridad privada y fue neutralizado por técnicos del Tedax de la Guardia Civil. El único que llegó a explotar fué el enviado a la embajada de Ucrania y causó heridas de carácter leve a un trabajador. Desde el ministerio del Interior han encontrado similitudes en la apariencia, que pueden determinar el origen del envío.
Desde la web Lisa Institute se ofrece un protocolo de actuación ante la posible llegada de paquetes o sobres sospechosos o susceptibles de contener un explosivo en su interior. Hay que sospechar y actuar con precaución si recibimos un envío con las siguientes características:
- Direcciones poco claras o equivocadas, o nombre del destinatario mal deletreado.
- Franqueo excesivo.
- Matasellos ausente o de procedencia desconocida.
- Remitentes no conocidos o falta de remitente.
- Anotaciones exteriores (pueden ser del tipo “confidencial”, “personal”, “entregar en mano”, “abrir personalmente”, etc).
El aspecto exterior del sobre o paquete también puede ofrecer indicios de contener algún elemento explosivo:
- Presencia de manchas aceitosas o restos de grasa en el sobre.
- Olores extraños, como almendras amargas o mazapán, característicos de algunos explosivos.
- Agujeros o pequeñas rasgaduras en las esquinas, que es por donde el terrorista ha armado el artefacto (también llamado «seguro del terrorista»).
- Excesiva rigidez: pueden ser debidos a los detonadores o alguna estructura que soporte los componentes del artefacto.
- Peso excesivo o descompensado, debido a la constitución del artefacto.
- Sonidos metálicos, procedentes de los componentes del artefacto.
- Cinta adhesiva reforzando las esquinas o solapas.
Por lo tanto, una vez tengamos confirmado de que nos encontramos con un paquete o sobre postal con explosivos en su interior, debemos mantener la calma, y actuar siguiendo este protocolo de actuación:
- No abras la carta o paquete en ninguna circunstancia, ni permitas que nadie lo haga.
- Si ya lo tienes en las manos, manéjalo con suavidad: tener en cuenta que ha pasado por muchas manos por lo que moverlo no debería resultar peligroso. De todos modos, como desconocemos su configuración y sistema de activación, pongámoslo con cuidado sobre una mesa o cualquier superficie que tengamos a mano.
- Abre las ventanas y persianas de la habitación en la que se encuentre el posible artefacto: reduciremos los efectos de la onda expansiva, y en caso de producirse una detonación, reduciremos los fragmentos proyectados hacía el exterior (cristales, trozos de persiana, etc.).
- Aísla la zona, evacuando la sala y las habitaciones contiguas.
- Avisa a la policía y custodia el paquete hasta su llegada.
- Recuerda que ante la sospecha de que estamos frente a un artefacto explosivo, siempre lo consideraremos como REAL y cargado con un explosivo potente.