(Por Jose Antonio Domínguez Silgado) – La evolución de la presencia femenina en el sector de la seguridad privada entre 2021 y 2024 confirma una tendencia al alza, aunque marcada por un crecimiento moderado y desigual en comparación con la plantilla masculina. Así lo reflejan los últimos datos publicados por la Unidad Central de Seguridad Privada (UCSP) de la Policía Nacional, recogidos por Seguritecnia en su artículo del 8 de marzo de 2025.

A cierre de 2024, el sector de la seguridad privada contaba con un total de 146.566 profesionales, de los cuales 23.248 eran mujeres, lo que supone apenas un 15 % del total. A pesar de que este porcentaje evidencia una infrarrepresentación histórica, sí muestra una lenta pero continua mejora respecto a años anteriores.

Entre 2023 y 2024 se incorporaron al sector 5.100 nuevos profesionales, de los cuales solo 1.685 fueron mujeres. Estos datos ilustran que, si bien la entrada femenina en la seguridad privada continúa, el ritmo no ha sido suficiente para equilibrar la balanza de género.
Avances en los distintos perfiles profesionales
La presencia de la mujer en seguridad privada no se limita exclusivamente al puesto de vigilante, aunque este sigue siendo el ámbito donde se concentra el mayor número de trabajadoras. A continuación, se detalla la evolución de los principales perfiles recogidos por la Ley de Seguridad Privada:
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Directoras de seguridad: el número ha pasado de 44 en 2021 a 58 en 2024, lo que supone un incremento del 31,8 %. Un crecimiento relevante en una posición clave para la toma de decisiones en el sector.
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Jefas de seguridad: se contabilizaron 38 en 2024, frente a las 27 de 2021. Es decir, un incremento del 40,7 %, lo que indica una progresiva apertura hacia roles de mayor responsabilidad operativa.
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Vigilantes de seguridad: este es el perfil con mayor volumen de mujeres. De 17.511 en 2021, se ha pasado a 22.557 en 2024, con una subida del 28,8 %. Aunque porcentualmente no es el crecimiento más alto, sí representa el mayor aumento absoluto.
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Detectives privadas: en este ámbito el incremento ha sido discreto, de 349 a 367 profesionales, un 5,1 % más en cuatro años. A pesar de su especificidad, se mantiene una presencia constante.
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Escoltas: el crecimiento ha sido mínimo, pasando de 38 a 44 mujeres escoltas entre 2021 y 2024. Un 15,7 % de incremento que refleja las dificultades que aún enfrenta este perfil en cuanto a paridad.
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Vigilantes de explosivos: han aumentado de 169 a 185 mujeres, un 9,4 % más. Aunque se trata de un área muy especializada, el acceso femenino continúa avanzando, aunque lentamente.

Los datos muestran una realidad dual: por un lado, existe una mejora constante en la participación de la mujer en el sector, especialmente en roles tradicionalmente dominados por hombres. Por otro, la diferencia numérica sigue siendo notable, tanto en el acceso a determinados perfiles como en el reparto global de la plantilla.

La evolución positiva, aunque lenta, apunta a la necesidad de políticas activas de igualdad, así como programas de formación y sensibilización que impulsen el acceso de más mujeres a todos los niveles del sector. La apuesta por la diversidad y la profesionalización son, sin duda, claves para consolidar una seguridad privada más representativa, moderna y eficaz.

La incorporación de la mujer a la seguridad privada entre 2021 y 2024 representa un paso adelante en el camino hacia la igualdad, pero también un recordatorio de los retos que aún persisten. El sector ha demostrado ser capaz de evolucionar, y con el impulso adecuado, puede avanzar hacia un modelo más equilibrado y justo. El compromiso debe ser colectivo, y el momento de actuar es ahora.