(Por Jose Antonio Domínguez Silgado) – La tranquilidad nocturna se convierte en un aliado para el vigilante de seguridad, quien pasa largas horas protegiendo la paz de quienes duermen. La noche es su compañera en esta tarea, y su presencia se funde con las sombras mientras trabaja sigilosamente para velar por la seguridad. En medio de la oscuridad, el vigilante se convierte en el único testigo de los secretos más profundos que se esconden en el silencio de la noche. Cumple el rol de guardián de los sueños, escuchando las voces silenciosas de aquellos que buscan justicia y tranquilidad en la noche.