(Por SoySeguridadPrivada) – El asesinato del ex primer ministro de Japón Shinzo Abe ha mostrado al mundo todos los fallos cometidos por los miembros de su escolta de seguridad mientras el político realizaba un acto electoral en público.
El asesino pasó completamente inadvertido entre todo el personal de seguridad con una escopeta de cañón recortado, mientras el político realizaba un discurso en mitad de una calle completamente expuesto por su espalda y sin chaleco antibalas. Los miembros de su escolta se colocaron mirando en la misma dirección que el político dejando completamente desguarnecida su retaguardia, y sin percatarse en ningún momento de que el asesino se aproximaba posicionándose por detrás de él a escasa distancia.
Tras el primer disparo fallido Shinzo Abe se mantuvo en pie en el mismo punto y tras un segundo se volvió a observar al atacante sorprendido. Ningún escolta se lanzó en ese momento a cubrir y arrojar al suelo al político tras el primer disparo. Durante los escasos tres segundos que transcurrieron hasta el segundo disparo mortal no hubo reacción ni del político, ni de su escolta.
Es el segundo disparo el que hirió mortalmente a Shinzo Abe provocando la reacción de su escolta ante el impacto. Se lanzaron a por el tirador y lo derribaron para detenerlo. El ex primer ministro fue trasladado urgentemente a un centro hospitalario donde murió poco después por la gravedad de las heridas en el torax y cuello provocadas por el segundo disparo.
Japón es un país con un nivel de delincuencia muy bajo, y con un muy estricto control y legislación de armas, lo que quizá pudo provocar una relajación de las medidas de seguridad, que muy posiblemente serán revisadas tras el asesinato de Shinzo Abe.