(Por Jose Antonio Domínguez Silgado) – En este artículo, hablaré sobre las horas extraordinarias que un vigilante de seguridad realiza para poder incrementar su salario, sé que es un tema con algunas controversias al respecto ya que es cuestionable, donde nos vamos a encontrar opositores en contra de las horas extraordinarias y otros partidarios de las horas extraordinarias en donde podemos abrir un debate.
En la realización de los servicios de vigilancia y seguridad se genera una bolsa de horas (horas extraordinarias) en las cuales deben ser cubiertas por el personal operativo de seguridad privada para el funcionamiento de los servicios, pues bien esto dependerá de la complejidad de dichos servicios, si esa bolsa de horas es cubierta por la misma plantilla de esos mismos servicios o por el contrario la realizan el personal que no están en esa misma plantilla.
Estos servicios de complejidad con el tiempo se convierten en un “cortijo cerrado” en donde tanto clientes como empresas desean que sean de la misma plantilla que trabajen en esos servicios, pues bien algunos servicios cubren esa bolsa de horas su misma plantilla y otros ya no están por labor de cubrirlas.
En el mundo actual, la seguridad se ha convertido en una preocupación constante para empleados, empresas y organizaciones de todo tipo. La necesidad de proteger bienes y personas ha impulsado el crecimiento de la industria de la seguridad privada, con los vigilantes de seguridad como protagonistas fundamentales en este campo. Sin embargo, uno de los aspectos menos explorados pero igualmente relevante es el alto costo que las horas extraordinarias imponen en la vida de estos profesionales.
Las horas extraordinarias, es aquellas que un trabajador realiza por encima de su jornada laboral regular cuando está a jornada completa (40 horas/semanales) y horas complementarias cuando este está a jornada parcial, son comunes en una amplia variedad de sectores. Sin embargo, en el caso de los vigilantes de seguridad privada, este fenómeno existe una figura muy singular como es “comehoras”, que cobra una dimensión particularmente crítica.
Estos profesionales desempeñan un papel crucial en la protección de propiedades, bienes y personas, y en muchos casos, su labor se extiende más allá de los horarios convencionales para garantizar la seguridad continua, y que conste que no se ofenda ningún compañero, por el hecho de hacer algunas horas extraordinarias de más, me refiero a los que exceden de ellas.
Una de las principales razones detrás del alto costo de las horas extraordinarias para los vigilantes de seguridad privada es la naturaleza impredecible de su trabajo. Los incidentes y emergencias no respetan horarios, por lo que los vigilantes de seguridad a menudo deben estar disponibles en cualquier momento del día o de la noche.
Esto puede tener efectos adversos en su salud física y mental, así como en su vida personal. El desgaste emocional que implica estar alerta durante largas horas puede conducir a la fatiga y al agotamiento, afectando su capacidad para tomar decisiones críticas en situaciones de crisis.
Otro aspecto a considerar es el impacto económico tanto para los trabajadores como para las empresas que contratan servicios de seguridad privada. Para los vigilantes de seguridad las horas extraordinarias pueden parecer una oportunidad para aumentar sus ingresos, pero a menudo vienen acompañadas de riesgos para su bienestar.
La falta de tiempo para el descanso adecuado puede llevar a problemas de salud a largo plazo y disminuir su calidad de vida. Además, las empresas deben afrontar los costos asociados con las horas extras, que incluyen salarios más altos y posibles reclamaciones por condiciones de trabajo inadecuadas.
En el ámbito de la seguridad privada, los vigilantes a menudo se ven comprometidos a centrarse en la urgente necesidad de mantener un ingreso que les permita llevar una vida digna. Esta necesidad imperiosa puede eclipsar aspectos fundamentales como la precariedad laboral y salarial a la que son sometidos en la búsqueda de ese objetivo.
En este artículo, examinaremos cómo en muchas ocasiones, el actual convenio de seguridad privada incumple sistemáticamente legislaciones de rango superior que buscan garantizar condiciones laborales y salariales justas para estos profesionales.
A pesar de que los vigilantes de seguridad cumplen una función esencial en la protección de bienes y personas, a menudo se enfrentan a condiciones laborales precarias. Para comprender esta situación, es crucial analizar cómo tres legislaciones de rango superior al Convenio de Seguridad Privada son ignoradas de manera sistemática, exacerbando la brecha entre la protección legal y la realidad laboral.
En primer lugar, la Ley de Prevención de Riesgos Laborales establece que los empleadores tienen la responsabilidad de proporcionar un ambiente de trabajo seguro y saludable. Sin embargo, muchos vigilantes de seguridad se ven sometidos a largas jornadas laborales sin suficientes pausas para el descanso, lo que aumenta el riesgo de fatiga y accidentes. Esta omisión afecta tanto la seguridad de los trabajadores como la de quienes se supone están protegiendo.
En segundo lugar, la Directiva de Tiempo de Trabajo de la Unión Europea busca limitar las horas laborales y garantizar períodos adecuados de descanso. A pesar de ello, el Convenio de Seguridad Privada permite un máximo de 80 de horas extraordinarias anuales, para que exista un equilibrio entre trabajo y tiempo libre. Esta contradicción entre las normativas europeas y las condiciones laborales de los vigilantes de seguridad muestra la falta de alineación entre la teoría legal y la práctica cotidiana.
En tercer lugar, la Declaración Universal de Derechos Humanos establece que todo individuo tiene derecho a un nivel de vida adecuado que garantice su salud y bienestar. Sin embargo, la precariedad salarial en la seguridad privada a menudo deja a los vigilantes de seguridad luchando por satisfacer necesidades básicas. Los salarios insuficientes no solo afectan la calidad de vida de los trabajadores, sino que también ponen en entredicho la equidad y justicia en la distribución de ingresos.
En cuarto lugar, el Estatuto de los Trabajadores, es el artículo 34. 3 el cual dice: el número de horas ordinarias de trabajo efectivo no podrá ser superior a nueve diarias, salvo que por convenio colectivo o, en su defecto, acuerdo entre la empresa y los representantes de los trabajadores, se establezca otra distribución del tiempo de trabajo diario, respetando en todo caso el descanso entre jornadas.
Y la última y no menos importante en España, el derecho a la desconexión digital se regula en el artículo 88 de la Ley Orgánica 3/2018, de Protección de Datos Personales y garantía de los derechos digitales, en el artículo 20 bis del Estatuto de los Trabajadores y en la Ley 10/2021, de 9 de julio, de trabajo a distancia. Según el artículo 18 de esta última Ley, las empresas deben “garantizar la desconexión” limitando el uso de los medios tecnológicos durante los periodos de descanso.
En conclusión, la brecha entre las legislaciones de rango superior y las condiciones laborales y salariales en la seguridad privada es un tema que exige atención urgente. Si bien muchos vigilantes de seguridad se esfuerzan por alcanzar un nivel de vida digno, es vital reconocer que la precariedad laboral y salarial a la que están sometidos va en contra de principios fundamentales de justicia y seguridad laboral. El análisis de estas discrepancias entre lo legal y lo práctico debe llevar a un esfuerzo conjunto por parte de las autoridades, las empresas y los trabajadores para abordar y rectificar esta problemática en beneficio de todos los involucrados.
Con la mierda de sueldo, te ves obligado a hacer las horas extras, para poder seguir tirando. Sobre todos los que trabajan en ciudades «caras».
Así es José, las horas extras complementa nuestras nóminas, ya que el salario es mísero y no llega a cubrir nuestras economías. Saludos