(Por Civilis Securitatis) – A diferencia de las FFCCS de seguridad, la función de Seguridad Privada parte de la prevención de delitos. No significa solamente que debamos observar las conductas de otros particulares para cohibir, detectar, avisar e intervenir sino la creación de técnicas, modificación de espacios físicos, recogida de información para prevenir actos ilícitos.

Cada miembro habilitado recurre a los medios (físicos o psicológicos), motivación y oportunidad para evitar, detectar, avisar e intervenir de forma que las características del servicio lo requieran.
De hecho el actual reglamento todavía vigente desde 1994 (Real Decreto 2364/94) nos permite independientemente de la operativa empresarial actuar de forma diligente.

Esto se puede observar, actuar con consecuencia y conocimiento para controlar situaciones de riesgo en el artículo 72, las «comprobaciones previas» y el 73 «diligencia».
«(…) transmitir a los responsables de la entidad o establecimiento y a los de la empresa de seguridad las anomalías observadas (…)»

¿Pero qué son las anomalías?; Las anomalías son perturbaciones en el orden coherente de un espacio determinado que pueda suponer un riesgo para dicho espacio, sus bienes y los particulares.
Muchas veces para poder informar de la forma más correcta posible de estas anomalías hay que entender su naturaleza, origen y entender que causó tal perturbación en el orden coherente de un determinado espacio.
Las anomalías son muy diversas y se podrían catalogar por su origen y los elementos causantes de estos efectos.
Anomalías conductuales: Aquellas que han sido producidas a partir de un sujeto que ha interactuado en el entorno. Dentro de este tipo anomalías se pueden subcatalogar como:
–Etológicas= Causadas por la conducta animal.
–Antrópicas= Causadas por la conducta humana.
Anomalías naturales: Aquellas que han sido producidas a partir de circunstancias naturales. Por ejemplo, caída de cuerpos celestiales, seísmos o circunstancias climatológicas adversas.
Anomalías técnicas/mecánicas: Aquellas que pueden manifestarse en maquinarias, estructuras, sistemas informáticos… Aunque estas anomalías se cataloguen como técnicas se pueden catalogar tras las inspecciones como antrópicas (negligencia) o etológicas (daños en bienes muebles a partir de termitas) por citar dos ejemplos.
Es interesante la idea de que el personal de seguridad privada para una comunicación y análisis profesional de las mismas se les pueda dar la importancia que componen en una anomalía en particular o un cúmulo de las mismas que estén interrelacionadas, en la seguridad integral de nuestro servicio es importante estudiar qué efectos son un riesgo o por el contrario asumibles.
Aunque todas tengan relevancia la mayoría de anomalías son causadas por conductas de particulares, detectarlas y analizarlas pueden darnos pistas sobre la conducta de particulares en su entorno («somos los efectos que causamos»).
La perfilación de estas anomalías nos ayudará a prevenir conductas ilícitas incluso analizando el entorno donde se encuentran, ya que de esta forma podemos determinar en qué espacios o lugares los infractores se sienten más seguros a la hora de actuar.
Aquí os dejamos diferentes ejemplos de anomalías que he ido recopilando en mi servicio. ¿Podrías catalogarlas?.