(Por SoySeguridadPrivada) – No todo el mundo sabe digerir situaciones tensas en el trabajo, y eso tampoco ocurre con todos los vigilantes. A los niveles de stress y frustración habituales en muchos puestos de seguridad privada, hay que añadir también muchas situaciones difíciles, tensas, o peligrosas, con las que muchos VS tenemos que convivir a diario.
Pero, ¿qué pasa cuando vivimos una situación realmente «crítica» con peligro de muerte, heridos o incluso muertos?. ¿Están los Vigilantes de Seguridad preparados psicológicamente para lo que viene después?. Esta que ofrecemos a continuación es una lista de recomendaciones a seguir cuando hemos sufrido una situación crítica y no queremos que esta no nos desequilibre por completo.
- Presta atención a tus emociones: es normal que te sientas cansado, asustado, enfadado, frustrado… Ya hemos hablado que nuestras reacciones son normales ante situaciones que no lo son. Y es probable que nuestro estado de ánimo cambie de forma constante mientras dure la situación que lo provoca. Probablemente te llegarán sentimientos de culpa e indefensión, pero recuerda que no todo está bajo tu control (recursos materiales, protocolos de actuación…) pero lo que sí puedes controlar son tus pensamientos y tu comportamiento.
- Expresa tus emociones y sentimientos: siempre que lo necesites busca el apoyo en familiares y/o compañeros de trabajo. Verbalizar cómo nos sentimos acerca de la situación vivida hará que normalicemos lo que nos pasa y no nos sintamos solos. Permítete expresar, hablar de lo que has vivido y de cómo lo has vivido.
- Mantente activo: es importante mantenerse ocupado y buscar “espacios libres de estrés”
- Recupera rutinas: la rutina es buena para mantener la mente ocupada y puede ayudar a superar el trauma. Permanecer en casa no ayuda, por eso, pasado un tiempo prudencial, es importante que tratemos de recuperar nuestra vida de la forma más parecida a la que teníamos antes, como acudir al trabajo, salir a la calle, quedar con los amigos, ir a comprar…
- Desconecta: una de las reacciones normales que tenemos los individuos a la hora de enfrentarnos a una situación crítica, es la de sentirse estresado, cuando las demandas superan nuestros recursos de afrontamiento, ya sean reales o percibidos. Pon en práctica estrategias para relajarte (meditación, técnicas de respiración, mindfulness…), prográmate rutinas para cuando salgas del trabajo que te permitan realizar actividades placenteras y permítete pasar “buenos momentos”.
- Cuídate y descansa: evita el consumo de alcohol y/o cualquier otro tipo de sustancia, intenta dormir lo suficiente, respeta los descansos, tanto dentro como fuera del trabajo e intenta llevar una dieta saludable.
- Cambia los pensamientos: modifica tus pensamientos negativos y recuerdos intrusivos relacionados con la situación estresante, y cámbialos por otros más adaptativos, de aceptación y comprensión. Confía en ti, eres un buen profesional.
- Gestiona conductas evitativas que pudieran estar relacionadas con la situación crítica: seguir los protocolos y procedimientos de las autoridades sanitarias nos ayudará a enfrentarnos a la nueva situación. Intenta adoptar una visión lo más ajustada a la realidad.
- Muestra confianza y esperanza en el futuro: no olvides que sigues trabajando con personas
que dependen de ti y que éstas pueden estar asustadas o nerviosas. Muéstrate seguro y tranquilo, así reducirás su preocupación.
- Buscar ayuda profesional: no niegues el impacto que esta situación crítica te haya podido ocasionar y pon en marcha herramientas que te sirvieron en el pasado ante situaciones similares de estrés. El estrés prolongado puede alterar tu bienestar físico y mental, y puede mermar tu capacidad de trabajo. Si observas que tus niveles de estrés se vuelven desbordantes, acude a un profesional para obtener un apoyo adecuado. Para poder cuidar a los demás debemos cuidarnos primero a nosotros mismos.