(Por Cesar Sorribes Martinez) – Quis custodiat ipsos custodiet?. Dicho en cristiano, ¿quien vigila al vigilante?. Esta locución latina suele emplearse para hacer referencia a la necesidad de un poder último que controla a aquellos que ostentan el poder. Sin embargo, también deberíamos usarla para referirnos a la ausencia de cuidado de aquellos destinados a protegernos y cuidarnos. Policías, bomberos, sanitarios y, por supuesto, #VigilantesDeSeguridad. Personas que se enfrentan a diario a situaciones impredecibles, incontrolables y que suponen una amenaza, generadoras de gran #estres, y que no disponen de un sistema de apoyo psicosocial que les proteja. Poco se habla de la lacra del #suicidio en la #seguridadpublica, provocado por el grave abandono que sufren los compañeros por parte de una sociedad que quiere protección, pero, no cuida a aquellos que nos la proporcionan. No digamos ya de la #seguridadprivada, donde sus miembros se convierten en meros instrumentos de facturación abandonados a su suerte.