(Por Jose Antonio Domínguez Silgado) – En el mundo de la seguridad privada, la palabra «dignidad» no siempre se escucha lo suficiente. Sabemos que trabajar como vigilante de seguridad no es sencillo: implica disciplina, responsabilidad y dedicación diaria para proteger a otros. Pero, ¿qué hay de la dignidad hacia quienes ejercemos esta labor?. ¿Qué hay de un entorno justo que elimine de raíz esas prácticas empresariales que nos perjudican?. Aquí es donde entra en juego el papel que la Ley de Colegios Profesionales asigna a nuestro futuro Colegio Profesional: vigilar que la actividad empresarial en el sector de la seguridad privada cumpla con la normativa y respete la libre competencia.