(Por Jose Antonio Domínguez Silgado) – La falta de una cultura de seguridad es un problema común en muchas organizaciones y comunidades en todo el mundo, no solo en España. Una cultura de seguridad se refiere a un conjunto de valores, actitudes, creencias y prácticas compartidas por los miembros de una organización o sociedad, que promueven la seguridad como una prioridad y un valor fundamental.
La falta de esta cultura puede manifestarse de varias maneras:
Falta de conciencia: Las personas pueden no estar conscientes de los riesgos y peligros que enfrentan en sus actividades diarias o en su entorno. Esto puede llevar a una falta de precaución y a la exposición a riesgos innecesarios.
Complacencia: Cuando las personas han estado en situaciones seguras durante mucho tiempo, pueden volverse complacientes y descuidadas en sus prácticas de seguridad, asumiendo que los problemas de seguridad nunca ocurrirán.
Falta de entrenamiento y educación: La capacitación insuficiente o la falta de educación sobre temas de seguridad pueden contribuir a una cultura de seguridad deficiente. Las personas pueden no saber cómo identificar riesgos o cómo tomar medidas para prevenir accidentes o incidentes.
Normas y presiones de tiempo: En algunas organizaciones, las normas y las presiones de tiempo pueden llevar a los empleados a ignorar las prácticas de seguridad en áreas de la productividad. Esto puede llevar a comportamientos de riesgo.
Falta de comunicación abierta: Cuando las organizaciones no fomentan la comunicación abierta sobre temas de seguridad, los empleados pueden ser reacios a informar sobre riesgos o incidentes por temor a represalias.
Falta de liderazgo en seguridad: La falta de liderazgo y compromiso por parte de la alta dirección de una organización para promover y priorizar la seguridad puede socavar los esfuerzos para establecer una cultura de seguridad.
Resistencia al cambio: La resistencia a la implementación de nuevas políticas o procedimientos de seguridad puede ser un obstáculo importante para el desarrollo de una cultura de seguridad.
Conclusión:
Para abordar la falta de cultura de seguridad, las organizaciones y las comunidades deben tomar medidas proactivas para fomentar una mayor conciencia de la seguridad, proporcionar capacitación y educación adecuadas, establecer políticas y procedimientos claros de seguridad, y promover una comunicación abierta y un compromiso con la seguridad en todos los niveles. La seguridad debe ser considerada una prioridad en todas las actividades y decisiones, y debe ser respaldada por el liderazgo y la participación activa de todos los miembros de la organización o comunidad.
José Antonio Domínguez Silgado https://www.linkedin.com/in/jadosi/
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