(Por SoySeguridadPrivada) – El intento de asesinato de Cristina Fernández de Kirchner ha dejado en evidencia graves fallos de coordinación en la seguridad privada y escolta de la vicepresidenta argentina. No había ninguna barrera de separación, ni controles previos a la multitud, ni agentes de paisano, ni plan de acción previo para evitar lo que finalmente ocurrió. Además, Cristina no fue inmediatamente evacuada tras el intento de asesinarla y permaneció seis minutos rodeada de una multitud de personas. La detención del presunto asesino no fue realizada ni por la policía, ni por la escolta, sino por el público simpatizante de Kirchner, y permaneció allí casi tres horas hasta que fue trasladado a dependencias policiales. La pistola con la que se intento asesinarla, fue pisoteada por el público, lo cual dificultará la investigación. Todo un cúmulo de despropósitos que ha generado una ola de críticas e indignación.
Es mas que evidente la «chapuza» de la escolta de esta política argentina que, presuntamente, pudo costarle la vida. Y decimos presuntamente, porque son muchas las voces que ya están afirmando que el atentado es un número propagandístico montado para favorecer a Cristina en su imputación por un presunto delito de corrupción a gran escala. Vaya usted a saber…
Independientemente de esta historia, hoy comentaremos sobre la cápsula de protección dinámica que debería haberla protegido. Es un protocolo de actuación que se suele ejecutar en todas las escoltas de personalidades políticas o VIP´s.
La cápsula de protección dinámica debe adaptarse al medio utilizado por la persona protegida y por el escolta para realizar los desplazamientos. El medio más utilizado es el vehículo, aunque en ocasiones no se pueda acceder con él al punto final del itinerario, en cuyo caso se debe realizar este tramo a pie. Por circunstancias derivadas de la actividad, personal o laboral, de la persona protegida, hay ocasiones en las que se recurre a otros medios de locomoción, como avión, tren, barco, etc., en los que tiene lugar la custodia.
Cuando se utilizan medios diferentes al automóvil, el dispositivo de seguridad deberá adaptarse a las circunstancias específicas de cada medio en cuanto a horarios, personal que atiende los servicios, itinerarios, etc. El traslado desde el domicilio o lugar de trabajo hasta el medio que se ha de utilizar se realizará a pie, en automóvil o con la combinación de ambos y los círculos de protección se establecerán tanto para el traslado como para la cobertura una vez que se utiliza cualquier otro medio.
El operativo de seguridad incluirá la coordinación con los sistemas de protección propios de estaciones, aeropuertos o puertos, desplegándose en ellos de acuerdo con la planificación prevista por el control de seguridad del escolta. Las escoltas plantean ventajas e inconvenientes en sus dos modalidades más usuales en el servicio de protección dinámica: a pie y en vehículo. Para evitar riesgos, es aconsejable combinar las ventajas de la protección a pie con las de la protección en vehículo, intentando minimizar los inconvenientes.
El punto de llegada de la persona protegida en vehículo, deberá estar cubierto el aparcamiento, el pie del edificio, los sótanos, etc. de manera que permitan maniobrar a los vehículos.
Si no se puede realizar a cubierto, la bajada debe esta protegida por puestos de vigilancia del segundo círculo del dispositivo de protección.
Si el desplazamiento se realiza a pie, la distancia a recorrer debe ser la mínima imprescindible, debido a que la no disposición de un habitáculo de seguridad eleva la probabilidad de una agresión. La seguridad de una cápsula a pie se basa en dos aspectos fundamentales:
El escolta permanecerá en actitud de máxima vigilancia cubriendo a la persona protegida en 360 grados y procurando que esté arropada. El responsable de la cápsula se colocará a la derecha de la persona ligeramente separado y coordinará al resto de la escolta en el primer círculo.
La protección dinámica a pie deberá estar compuesta en la cápsula de protección por los efectivos necesarios y suficientes, siempre en función del nivel de protección determinado por la evaluación previa de riesgos y amenazas.
La cápsula debe satisfacer unas necesidades operativas mínimas que garanticen al máximo la realización de sus cometidos de protección, neutralización y evacuación.
La composición y la formación básica de una cápsula se determinarán atendiendo a estos factores:
- Vigilancia.
- Medio.
- Aglomeraciones.
- Cobertura.
- Evacuación.
Seguiremos hablando en próximos artículos de las cápsulas de escolta de seguridad y de los protocolos a seguir en la protección de personalidades.