(Por Claudia Equisana, psicóloga) – “Cada vez mas, la seguridad privada se considera una parte indispensable del conjunto de medidas destinadas a la protección de la sociedad y a la defensa de los derechos y legítimos intereses de los ciudadanos” BOE.
El preámbulo y el articulado de la Ley 23/1992 inspira la concepción de control y sanción. En ese contexto sociocultural tuvo su razón, pero actualmente es preciso transitar hasta una norma que permita aprovechar las enormes potencialidades que presenta la seguridad privada desde la perspectiva del interés público.
Por eso algunos de los objetivos que contempla la nueva regulación son:
- • La mejora en la eficacia en lo relativo a organización y planificación de la prestación de servicios de seguridad privada.
• La eliminación de situaciones que dan lugar a intrusismo de empresas y de personal.
• La dotación al personal de seguridad privada del respaldo jurídico necesario para el ejercicio de sus funciones legales.
• Integrar elementos de colaboración entre seguridad privada y seguridad pública.
Los cambios propuestos en la nueva ley apuestan por el papel preventivo de la seguridad privada, en beneficio de la seguridad general. Lo hace integrando su potencial informativo, de recursos humanos y medios materiales, al servicio de la protección y seguridad del conjunto de la ciudadanía.
CARGA MENTAL
Se esconde detrás de muchas expresiones que pasan fácilmente desapercibidas, a las que nos acostumbramos en nuestro día a día, pero la carga mental afecta de todas formas al rendimiento laboral y la salud de los trabajadores, y da explicación a los errores humanos en el trabajo.
A más diferencia entre la demanda de la tarea y la capacidad del trabajador, más carga mental se produce. Se evalúa mediante cuestionarios y otros procedimientos subjetivos, basados en el rendimiento y medidas fisiológicas. Varios problemas derivan de la carga mental, esta puede ser infracarga o sobrecarga.
Los problemas derivados de la carga mental son varios: fallos de rendimiento, insatisfacción laboral, ansiedad, depresión, fatiga, estrés… Debido a su incidencia los investigadores se han interesado en su estudio, con el objetivo de evaluar y prevenir situaciones problemáticas en puestos de trabajo que requieren vigilancia, atención, memoria y realización de múltiples tareas.
En un estudio del 2007 (Valdehita, S. R. et al., 2007) encontraron que los empleados con mayor riesgo de ser consumidores de drogas eran los que experimentaban infracarga mental, los síntomas depresivos estaban asociados significativamente al aburrimiento y alta motivación intrínseca en el trabajo. Los resultados obtenidos muestran además que las dos dimensiones que más diferencian a los vigilantes de seguridad más y menos eficaces son la actitud de trabajo y la respuesta a emergencias.
DEMANDAS PSICOLÓGICAS DE UN/A VIGILANTE DE SEGURIDAD
Un vigilante de seguridad privada da respuesta a dos tipos de demandas a nivel psicológico:
- • Demandas de naturaleza cognitiva
• Demandas de naturaleza emocional: Efecto del trabajo en las emociones del trabajador.
Generalmente, debido al esfuerzo por mantener la compostura y reprimir emociones. No solo se hace con personas fuera de la empresa, también con el propio entorno del trabajo (superiores, subordinados,…) o También pueden derivarse del nivel de implicación en las situaciones emocionales. Es un aspecto común en trabajos dirigidos a otras personas (personal sanitario, docentes, servicios sociales,…) o En ocasiones es la propia exposición a situaciones de alto impacto emocional la fuente de las demandas emocionales, aunque no haya contactos con clientes.
Los resultados del estudio de Vega, M et all. (2018) muestran tan solo un 23% de trabajadores en una situación adecuada en cuanto a la demanda psicológica, frente a un 77% de trabajadores en riesgo moderado, elevado y muy elevado.
Por otra parte, otra investigación (Ruiz Rodriguez, L. T. et al., 2021) sugiere que a menor edad mayor nivel de ansiedad. A consecuencia de todo lo comentado, además de los horarios rotativos, los vigilantes de seguridad privada ven afectado su rendimiento en el trabajo a causa del agotamiento mental y físico que comporta esta situación.
En el estudio de Ahmad, A. et al. (2013) los resultados muestran que el abuso de substancias, los trastornos de personalidad y la depresión se encontraron en la mayoría de guardas de seguridad. Siendo los factores de riesgo en este ámbito la violencia o otras consecuencias negativas, es necesario examinar el estado mental de cada individuo contratado para seguridad privada.
Las investigaciones muestran que las personas se adaptan a eventos estresantes usando distintos mecanismos de supervivencia. Los mecanismos de supervivencia se pueden definir como los esfuerzos cognitivos y comporta-mentales de un individuo para gestionar, tolerar o reducir el estrés causado por una fuente y/o para controlar la reacción a esta.
Los mecanismos de defensa de una persona pueden no ser efectivos para controlar, prevenir o evitar el estrés. Por ejemplo, algunos empiezan a fumar, comer o abusar de drogas, estas estrategias pueden empeorar la situación; otras personas usan estrategias constructivas como meditar, hacer ejercicio, técnicas de relajación, apoyo social… Hay dos tipos principales de mecanismos de defensa:
• Defensa enfocada en el problema: Este tipo es donde encontrar el problema exacto que esta causando el estrés es la parte relevante. Después de analizar la situación, se prepara un plan para cambiar el estresor. Se puede hacer de manera agresiva confrontando el problema y quitar-lo de manera arriesgada o bien estructurando un plan con varias posibles soluciones y después implementar la mejor.
• Defensa enfocada en la emoción o evitativa: Este tipo está dirigido a reducir el estrés emocional que el estresor está causando. Se llama defensa evitativa porque normalmente el problema principal se evita y se focalizan los esfuerzos en mover la atención lo más lejos posible del estresor. Se puede hacer buscando apoyo social, distanciándose uno mismo del estresor y minimizando el impacto emocional que está teniendo sobre uno mismo o negando la existencia del estresor en sí mismo. Teniendo en cuenta que el estudio se realizó fuera de España, con lo cual está sometido a otra legislatura y contexto sociocultural, Saleem, A. et al. (2017) encontraron en su estudio los siguientes estresores:
• Turnos: El estresor más común (en el 80% de las entrevistas) eran la gran cantidad de horas que tienen que estar de pie en el calor abrasador y totalmente alerta. La mayoría de los vigilantes se quejan de los turnos de 12 horas los 7 días de la semana y sin vacaciones pagadas. El número de horas trabajadas es muy largo en comparación al salario y los beneficios que reciben, según dijeron en las entrevistas.
• Problemas financieros: Todos los vigilantes eran de clase social-económica baja y la mayoría de ellos trabajaba para mantener a la familia. Dijeron que se hace muy difícil gestionar con tan poco presupuesto y abastecer las necesidades básicas de la familia.
• Armas y entrenamiento: La mayoría de los vigilantes mostraban preocupación por no
tener formación formal y no estaban satisfechos con el armamento que se le entrega. No se les permite usar las pistolas excepto en casos de emergencia. Los vigilantes dentro de edificios no se les da nada de armamento.
• Problemas administrativos: El sueldo mensual neto es tan bajo que tienen serios problemas para gestionar-lo y llegar a todo. Además la mayoría de los meses el salario llega tarde y algunos de los vigilantes deben pedir préstamos para llegar a fin de mes.
• Comportamiento de los estudiantes: Los vigilantes que trabajan en entradas expresan que muchos estudiantes se enfadan a menudo por los altos controles de seguridad. Cada día, tiene que tratar con estudiantes que no llevan sus tarjetas de identificación, crean problemas y se discuten con los vigilantes. Los vigilantes compartieron que eso les preocupa porque no es su culpa, solo están siguiendo las ordenes que les dan.
• Problemas familiares: La mayoría estaban viviendo en una residencia cerca de su lugar de trabajo, pero lejos de sus familias. Los que vivían con sus familias dijeron que los problemas familiares les molestaban durante las horas de trabajo.
• Problemas ambientales: Las condiciones físicas de trabajo como el ruido, la contaminación, la comodidad. Donde el riesgo de sufrir un ataque terrorista es alto, los vigilantes de seguridad en primera línea están preocupados por si son atacados y no son capaces de proteger a los estudiantes.
Claudia Equisana, psicóloga