(Por Vigilante Enfurecido) – De auténtica pasta de boniato nos hemos quedado esta tarde cuando hemos leído el boletín de la Diputación Provincial de Cáceres, en el que se convoca cursos de formación subvencionados por el Fondo Social Europeo para trabajar como Vigilantes de Seguridad. Hasta aquí todo bien. En este país sólo somos trescientas mil placas y ochenta mil vigilantes activos. Con un poco de suerte (o no), puede que haya trabajo para todos, y estamos convencidos de que todo el mundo merece una oportunidad de trabajo.
Pero que tiempos aquellos en los que, para trabajar de Vigilante Jurado, te tenías que examinar ante la Guardia Civil. Pocos nos acordamos ya. No entraba cualquiera en la selección. Debías tener unas cualidades. Tenías que valer. Aquello sí que era una policía privada.
Pero un aciago día un tal Corcuera nos quitó la categoría de agentes de la autoridad y el uso del arma que imponía respeto ante la sociedad. Luego unos serviles sindicatos de clase fueron negociando convenios mermando un -30% de poder adquisitivo a lo largo de los años. Después apareció el Certificado de Profesionalidad y esas academias que vendían sus cursos «sin tener que examinarse ante la policía» con sus placas de VS y Escolta, todo incluido, por mil pavos.
Y si parecía que ya no podíamos ir a peor, hoy nos encontramos con el Proyecto Isla IV, en el que unos políticos que se nota no tienen ni puta idea de seguridad, van a subvencionar con fondos públicos que toxicómanos y presidiarios puedan acceder a un puesto de Vigilante. Ojo, no hablo de las personas sin hogar o con fracaso escolar. Hablo de tener a un ex-presidiario por delitos contra la salud pública vigilando en una aduana, o a un presunto ex-toxicómano vigilando la farmacia de un hospital, por poner un ejemplo. Lo de solicitantes de asilo que no dominan nuestro idioma, y vienen de países tipo Afganistan o Siria, por favor, que me lo explique alguien del Ministerio del Interior, porque tampoco no me cuadra, que quiere usted que le diga.
Este pobre oficio de Vigilante de Seguridad se está muriendo. Será mejor que nos hagamos a la idea. De los sindicatos hace mucho que no se puede esperar nada en absoluto. Nadie defiende este oficio. Nos rebajan el sueldo. Nos quitan derechos adquiridos. Los políticos son los primeros que contratan empresas piratas, y se pasan la LSP por el forro. Si no somos capaces de pegar un puñetazo encima de la mesa y decir «hasta aquí hemos llegado«, nos la seguirán metiendo doblada sin vaselina.
Lo lamentable, es que, para variar y como siempre, tragaremos porque no hay valor de hacer nada al respecto.
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