(Por SoySeguridadPrivada) – Si hay una palabra que tiende a estar asociada con el comportamiento durante los desastres es la palabra «pánico». Su gran peligro es que es altamente contagioso. Todo ser humano ante una situación de peligro real o imaginaria, responde con miedo. Esta es una respuesta biológicamente congénita, nos protege como especie y ha permitido nuestra sobrevivencia. El miedo evita que cometamos actos imprudentes, nos permite evaluar la situación de urgencia y nos prepara para la lucha o para la huida.
En términos generales podemos decir que sentir miedo es bueno y hasta beneficioso, pero cuando el miedo es desproporcionado y sale fuera de nuestro control nos produce «ceguera psicológica» es decir nos incapacita para evaluar el peligro en forma real y escoger la mejor alternativa para enfrentarlo o huir de el. Asimismo viene acompañado de un intento irracional de huir, de llantos incontrolados, etc.
La conducta de pánico normalmente provoca la ruptura de las relaciones sociales cooperativas y desemboca en un incremento real del miedo y del peligro. Hablamos de pánico cuando se empuja, se derriba, se pisotea a personas y las salidas quedan obstruidas, cuando los individuos se portan con más egoísmo y falta de consideración de lo que es común y en grado mayor que el que aprueba la sociedad.
Para que se dé la aparición y el contagio, de forma general, deben darse unas condiciones:
1-Que exista un gran número de personas.
2-La escasez de salidas o vías de evacuación
3-Que los individuos estén en contacto unos con otros.
4-Que se dé la posibilidad física de ejecutar el impulso que normalmente no se realizaría. Para que se dé una conducta de pánico es necesario que exista la posibilidad de escapar y la de quedarse atrapado.
Que hacer cuando cunde el pánico:
Un vez que cunde el pánico y el temor descontrolado se apodera de un grupo humano es muy peligroso tratar de colocarse delante de ellos y evitar que corran; posiblemente pasarán por encima de nosotros.
La mejor táctica es asociarse a ellos, gesticular más que ellos, gritar más que ellos, si se encuentran parados nos pondremos en el medio e impulsaremos a los de adelante a seguir la dirección correcta. Así arrastraremos a los de atrás a seguirnos. Si están en movimiento, nos pondremos a la cabeza del grupo, entre las primeras filas. Si van en sentido adecuado apresuraremos el paso. Si van en sentido contrario, los conduciremos en la dirección más conveniente para que cambien el sentido de la marcha.
Una vez fuera del peligro trataremos de CALMARNOS y al mismo tiempo calmar a los demás. La mayoría se tranquilizará y empezará a preocuparse por la situación. El pánico se terminó.