(Por SoySeguridadPrivada) – En el histórico Mercado de Sant Antoni, en Barcelona, la situación se ha vuelto surrealista: los baños públicos se han convertido en puntos de encuentro para cruising y consumo de drogas. Frente a la desesperación de los comerciantes y visitantes, los Vigilantes de Seguridad proponen una solución controvertida: cobrar por el uso de los baños, esperando que las monedas disuadan a los usuarios menos deseados.
El fenómeno del cruising, conocido como la práctica de encuentros sexuales casuales en lugares públicos, ha encontrado en los baños del mercado un lugar propicio para su desarrollo. A esto se suma el consumo de drogas en las inmediaciones, especialmente heroína, una combinación que ha encendido las alarmas en la comunidad. No es solo la naturaleza de estas actividades lo que preocupa, sino también los riesgos asociados, como agresiones potenciales y el peligro sanitario de jeringuillas usadas.
El sindicato ADN Sindical Seguridad, ha alzado la voz solicitando medidas más estrictas. Entre sus propuestas se incluye el cierre de los baños públicos o, al menos, la implementación de un sistema de acceso de pago, similar al que existía antes de la pandemia.
Pero la medida de cerrar los baños no es la única en discusión. Los Vigilantes han solicitado al Ayuntamiento de Barcelona que tome una postura más activa denunciando las páginas web que promueven el mercado como un sitio de cruising. Las rondas de vigilancia se han intensificado, pero el problema persiste. El cruising y el consumo de drogas no son prácticas nuevas en este mercado. Desde que se completaron las obras de remodelación en 2018, estas actividades han sido un dolor de cabeza constante.
En esta video-entrevista, Pablo Percebe habla en su canal con el Jefe de Equipo de los Vigilantes de Seguridad en el Mercado San Antonio, que cuenta los detalles de trabajar en un servicio con estas características, y toda la problemática que tienen que enfrentar a diario.