(Por SoySeguridadPrivada) – El Sargento Dennis Tueller, del departamento de Policía de Utah (Estados Unidos) fue el responsable de lo que hoy se conoce como la Regla de Tueller o Regla de los 21 piés. La regla establece que 21 pies o lo que es lo mismo 6,4 metros de distancia es la mínima para tener posibilidades de defenderse efectivamente con un arma de fuego, ante una agresión con arma blanca, a partir de tener el arma enfundada y en condición de lista para hacer un disparo.
Esta regla se enseña en todas las policías y agencias gubernamentales de los Estados Unidos como parte fundamental del entrenamiento con armas de fuego. A menos de esos 6,4 metros de distancia las probabilidades de sobrevivir a una agresión con arma blanca disminuyen considerablemente, teniendo en cuenta que los ataques pueden ser muy veloces y que aunque pudiéramos llegar a disparar, nada indica que no pudiéramos errar el tiro y es más, que aún impactando en una zona vital del agresor, este podría igualmente llegar a herirnos como resultado de la inercia de su movimiento.
A continuación enumeramos los datos de la teoría, que deberían ser conocidos por todo tirador al momento de decidir cual es la acción defensiva mas efectiva para emplear: Los 21 pies representan aproximadamente 6,4 metros. Una persona tarda aproximadamente 1,5 segundos en cubrir esa distancia y llegar hasta nosotros. Un tirador entrenado puede desenfundar un arma de fuego y efectuar un disparo, en un tiempo de entre 1 y 1,1 segundos. El segundo disparo tardaría 0,2 segundos adicionales y el tercer disparo otros 0,2 segundos adicionales. El tiempo de reacción de un tirador, desde que percibe la amenaza, hasta que adopta la decisión de contraatacar, varia entre 0,16 y 0,5 segundos.
La única forma de incapacitar instantáneamente a un agresor, es impactarlo con un disparo en un punto vital de la cabeza. Si carecemos de un buen entrenamiento o portamos el arma oculta, probablemente tardemos 0,2 segundos adicionales en efectuar el primer disparo. Sin embargo, un agente de seguridad encargado de hacer cumplir la Ley, no puede darse el lujo de dejar a un lado su obligación y huir del ataque, por el contrario debe repeler la agresión para proteger a los ciudadanos y a sí mismo. En este orden de ideas, un ataque con arma blanca es una de las situaciones más difíciles a las que se puede enfrentar un policía o agente de seguridad.
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