(Por Vigilante Enfurecido) – Hay reuniones que deberían retransmitirse por Netflix. El Acta nº 3 de la negociación del Convenio Colectivo de Seguridad Privada es una de ellas. Una tragicomedia en tres actos: los empresarios lloran, los sindicatos bostezan, y el vigilante —tú, yo, todos— sigue pagando la función con su espalda, su insomnio y su nómina.
🎩 Acto I: Los empresarios en misa y repicando
Los representantes de APROSER, ASECOPS y FES entran en escena hablando de costes, viabilidad y flexibilidad. Palabras mágicas que, traducidas al idioma del turno de noche, significan: “Queremos pagar menos y teneros más disponibles que el servicio 24h de Amazon”. ASECOPS, con su tono de manual de Harvard para llorar sin despeinarse, se queja de que el Gobierno les sube los permisos por fallecimiento. Pobrecitos: diez días de permiso por la muerte de un familiar les parecen un atentado a la productividad. Deben pensar que los vigilantes nacimos sin abuelos. Y, como colofón, proponen “racionalizar los pluses”. Ojo, no mejorarlos, sino juntarlos, como quien barre el polvo debajo de la alfombra. Todo por “modernizar la nómina” —esa frase que huele a tijera y Excel.
🧮 Acto II: FES y el club del 7,3%
FES viene con cifras en la mano y lágrimas en los ojos: dicen que el absentismo está en el 7,3%. No explican que gran parte viene de bajas por ansiedad, lesiones, turnos partidos o servicios con más tensión que una película de Tarantino. Pero claro, es más fácil culpar al trabajador que a los cuadrantes infames que se curran sus mandos intermedios. También piden “flexibilidad” para las pymes del sector, esas que ofertan contratos públicos a precio de menú del día y luego se quejan del coste del pan. Y lo mejor: quieren eliminar el día de asuntos propios “retribuido”. Ya sabéis, ese día que casi nadie puede usar sin represalias. Quieren oficializar lo que ya hacen de facto: borrarlo del mapa.
🧠 Acto III: APROSER y su Excel celestial
APROSER, siempre tan institucional, aparece con gráficos y cifras redondas. Proponen un 12% de subida en cuatro años (3% anual), lo que según sus cuentas “supera la inflación”. Claro, si sumas con el mismo optimismo con que adjudican contratos, hasta el salario del vigilante parece digno. Pero lo mejor es su discurso épico sobre el transporte de fondos: que si la “brutal crisis”, que si el BCE y el Banco de España opinan tal… Vamos, que ahora los billetes se guardan en el bolsillo de la gente, no en las cajas fuertes. Pero el drama sigue: “si seguimos así, no habrá sector para rato”. Tranquilos, señores: los vigilantes ya lo sabíamos. Llevamos años viendo cómo desaparece la dignidad del oficio.
🎭 Epílogo: la patronal en su mundo feliz
Lo que resume esta acta es simple: la patronal vive en un universo paralelo. Un lugar donde el coste de la enfermedad es culpa del trabajador enfermo, los permisos son un lujo, y los pluses un exceso del pasado. Los mismos que presumen de “profesionalizar el sector” son los que luego firman licitaciones que pagan horas a 6 euros netos. Los que piden “paz social” mientras recortan derechos con una sonrisa de Excel.
Ahora hablaremos de los sindicatos, que también tienen su parte del pastel —porque en esta mesa nadie come de tupper, excepto nosotros. Esta es la segunda parte de la tragicomedia del Convenio Colectivo. Esta vez los protagonistas no llevan corbata de empresa, sino siglas sindicales. Y sí, compañeros, volvemos a la mesa… pero esta vez traigo el detector de postureo sindical cargado y sin seguro. Si en el primer acto la patronal lloraba por los “costes”, en este segundo episodio nuestros “representantes” se sientan a negociar con la misma energía que un vigilante después de 16 horas de garita. Prometen luchar, pero terminan luchando por mantener la dieta sindical.
💬 UGT: los derechos según la hora de la comida
UGT abre su intervención con dignidad verbal: “rechaza que se califiquen como costes lo que son derechos”. Bravo. Ovación. Pero acto seguido confiesan que aún están “trabajando en elaborar una plataforma conjunta”. ¿En serio? Mientras tanto, la patronal ya ha calculado hasta el IPC del 2030. Defienden los permisos por fallecimiento y la conciliación, pero cuando llega el tema de la IT, reculan: “ese debate es intersectorial”. Traducción: “eso no lo toco, que me mancho”. Y lo mejor: dicen que “no se debe traer personal de fuera”… mientras ignoran que miles de vigilantes nacionales están dejando el oficio por miseria y agotamiento. Suena muy bien todo lo que dicen. Hasta que recuerdas cuántos liberados de UGT conoces que aún pisan un servicio.
🪓 CCOO: los teóricos del desencanto
Comisiones Obreras llega con discurso largo y tono de profesor cansado. Hablan de “dignificación del sector” y de “retribuir adecuadamente la actividad”. Luego sueltan una frase para enmarcar: “las patronales vuelven al trueque: yo doy A a cambio de B”. Cierto. Pero lo gracioso es que ellos mismos llevan veinte años practicando el mismo trueque con la patronal: A (voto sindical) a cambio de B (liberación y foto en el acta). También denuncian la “ingeniería empresarial” con el día de asuntos propios, pero olvidan mencionar su propia ingeniería sindical: firmar convenios mediocres y luego venderlos como victorias históricas. Dicen que no entrarán “en una lógica de intercambio”. Traducción: “ya tenemos el intercambio cerrado, pero no te lo puedo contar todavía.”
⚙️ USO: el sindicalismo “práctico”
FTSP-USO intenta parecer el sindicato sensato. Reconocen que los índices de IT se concentran en centros duros (RENFE, centros comerciales, etc.) y proponen limitar jornadas y rotaciones. Suena coherente… hasta que recuerdas que esas mismas condiciones llevan años denunciándose sin que nadie mueva un dedo. Dicen que quieren “un enfoque práctico”. Práctico, sí: no tocar la IT, no molestar a las empresas y salir en la foto como mediadores equilibrados. USO es ese compañero que se queja del cuadrante, pero al final cambia el turno porque “no quiere líos”.
🔥 CIG: los revolucionarios de PowerPoint
La CIG llega con discurso gallego y pasión de mitin. Dicen que la patronal “vuelve con las mismas excusas” (cierto), pero su propuesta es una lista de deseos de Navidad: 8% anual de subida, 35 horas semanales, pluses nuevos, descansos de fin de semana y 15 pagas. Precioso. Pero todos sabemos que eso no se va a firmar ni en la próxima vida laboral. Hablan de “equiparar el plus de peligrosidad” y “recuperar derechos recortados”, mientras los compañeros en Galicia siguen cobrando sueldos congelados y turnos imposibles. La CIG dispara alto… sabiendo que no van a darle a nada.
🧊 ELA: los nacionalistas del desencanto
ELA, desde Euskadi, llega con su mantra habitual: quieren convenio autonómico, dignificación y salarios ligados al IPC. Bien. Pero cuando llega el turno de concretar, todo se diluye entre declaraciones de principios y referencias a “compromisos efectivos”. En otras palabras: mucha filosofía, poca garita. Al menos reconocen que “la patronal tiende a escudarse en los costes sin traducirlos en mejoras”. Eso sí: ellos llevan años escudándose en “las competencias autonómicas” para no mojarse en el barro real del vigilante que trabaja con frío y miedo.
🧠 El vigilante de a pie: ese que no firma actas
Mientras ellos negocian entre cafés y gambas, tú sigues doblando turnos para llegar a fin de mes. Te hablan de pluses, pero no llegan ni a cubrir el combustible. Te prometen conciliación, pero te cambian el cuadrante el viernes por la noche. Y cada vez que se firma un convenio, alguien te dice que “hemos avanzado mucho”, aunque tu cuenta bancaria opine lo contrario.
En cada reunión de la Mesa Negociadora, hay dos tipos de vigilantes:
– El que está en la mesa comiendo marisco.
– Y el que está en la puerta vigilando el restaurante.
💀 El teatro continúa
Así que sí, compañeros, los sindicatos también tienen vocación de figurantes. Son los extras de lujo de una película que pagamos entre todos. La patronal llora, los sindicatos gesticulan, y al final todo sigue igual: más horas, menos derechos, y el mismo bocadillo de madrugada. La próxima reunión será el 20 de octubre. Tranquilos: habrá acta, habrá fotos, y quizás hasta postre. Lo que no habrá —una vez más— será justicia. Si este artículo te molesta, es que estás en el bando correcto. Mientras ellos negocian, tú vigilas. Y sin ti, no habría nada que negociar.





