(Por Arturo Díaz – El País ) – Son las 7.37. Miles de pasajeros se apretujan en las 10 plataformas de la estación de Atocha donde los trenes de cercanías van parando, atestados de viajeros. Por los andenes 1 y 2, donde se transborda a los convoyes que llegan a viajar por el corazón de Madrid, pasan 44.000 personas durante la hora punta matinal, entre las seis y las nueve. La aglomeración es tal que a las puertas de cada vagón hay vigilantes para controlar el flujo de los que se abren y los que pretenden subir. Sin ellos, los trenes no podrían partir hacia Chamartín.