(Por Vigilante Enfurecido) – Algo huele rematadamente mal en la historia de los sobres y las balas destinados a varios líderes políticos que se presuntamente se han «colado» por un scanner de seguridad en un centro logístico de Correos. Destacable es que este incidente ocurra en plena campaña electoral, que determinado candidato político que ha adoptado el rol de víctima, haga públicas imágenes confidenciales antes de empezar una investigación oficial, y que como siempre, el cabeza de turco de esta historia sea otra vez un Vigilante de Seguridad. Un profesional, un trabajador mileurista, un padre de familia, que ha sido sometido a un escarnio mediático, a una sanción laboral y a un juicio sin posibilidad de defensa de un modo lamentable e intolerable.