(Por Vigilante Enfurecido) – Hola, queridos colegillas de la Seguridad Privada, voy a aprovechar que el admin de la web está de vacaciones y me voy a dirigir a vosotros con el pecho en el puño sí, a vosotros, Vigilantes de Seguridad y héroes anónimos que soportan a centenares de clientes insatisfechos, turnos infernales de miles de horas extras por una nómina de mierder, y a mandos intermedios sin formación, que han sido puestos a dedo por su estilazo lamiendo botas a algún elefante dorado. Hoy vamos a desvelar un secreto a voces en nuestro sector: las listas negras. Sí, esas listas que oficialmente no existen, pero que todos sabemos que circulan por los despachos de Recursos Humanos de las empresas de seguridad como el chisme más jugoso de un Salvame de Luxe. Si figuras en una de estas listas, ya puedes ser el sobrinito de Marlaska, que lo tienes clarinete para entrar en esa empresa de seguridad. Te han vetado y declarado persona non grata (aquí sonido de violines con tintes dramáticos).
¿Y qué hace que seas digno de estar en esta lista de honor?. Las razones para ser vetado pueden ser tan absurdas como patéticas. Aquí tienes algunas perlas que te pueden garantizar un puesto en la lista VIP de los Black List:
- «Rehusar a hacer horas extras sin cobrarlas»: Porque, claramente, amamos tanto nuestro trabajo que deberíamos pagar por el privilegio de hacerlo. «Aquí se sabe cuando se entra, pero no cuando se sale», ¿te suena?.
- «Salir de alguna de estas empresas dando un portazo»: ¿Te cambiaste de empresa y dejaste el último día colgado al inspector?. Ya no hay vuelta atrás querido. ¡Que más da que el inspector te quisiera meter un servicio de Carrefour de extraradio para joderte en tu despedida!. !Cuanto rencor acumulado!. A algún gerente con careto de ogro le va a reventar la ulcera con tanto ódio.
- «Ser colaborador en una web de referencia en el sector de la Seguridad Privada»: Me sé de un editor de esta web que está vetado en las «principales» empresas del sector, que casualmente, también son las más negreras, la de la P, la de la S, y la de la E. Tip que empieza por 36, unos 30 años de experiencia, es Director, Jefe, Escolta, Vigilante y tiene unas cuantas habilitaciones muy buscadas en la actualidad. !Pues no le quieren!. Y es una pena que se lleven así de mal, ya que esto puede que le anime a destapar algunas mierdas de estas «empresas» y hacerlas públicas vía web con carta blanca. Yo le he animado fervientemente a que lo haga, pero ya sabéis que yo es que soy muy del jolgorio. Me parece que igual hubiese sido mejor contratarlo y tenerlo contento. Se van a enterar estos…
- «No rendir culto al jefe como si fuera un semidiós»: Porque criticar a nuestro líder supremo es como insultar a la madre de alguien. ¡No se hace!. ¿Cuántos mandos intermedios hay que cuando ya no les haces más «favores» se dedican a difamarte hasta que te aburren?. Si no entras en su grupito, te marginan y te difaman ante el cliente. He llegado a ver casos de «jefes» inamovibles e intocables en un servicio, y que su misma empresa poco o nada puede hacer, porque se han convertido en el «protegido» del cliente.
- «Tener un IQ superior al de tu superior»: Ser más inteligente que tu jefe es como dispararse en el pie. Ya ni hablamos del tema formación reglada en Seguridad Privada. De repente, te puedes convertir en una amenaza para la jerarquía de caimanes establecida en muchos servicios. El jefe de equipo cateto, chotas y lame-botas contra el vigilante que se ha molestado en formarse y rellenar su Tip de habilitaciones. La típica historia de cualquier gran servicio.
- «Preguntar a la Psicóloga de RRHH si es que todavía no ha cagado«: Porque ir a una entrevista de trabajo, y aguantar impertinencias de una chupa-tintas, con culo-carpeta puede ser debido a que padece algún tipo de estreñimiento crónico. Ya ni te cuento si tras salir de la entrevista, le envías por mensajero un paquetito de galletas con mucha fibra. Para que vaya al baño, claro. A cagar, a ver si se relaja.
¿Y qué ocurre si te incluyen en esta lista negra de la vergüenza?. Pues prepárate para un tratamiento especial. No solo te convertirás en un paria laboral, sino que también serás el objetivo de miradas condescendientes y comentarios velados en las reuniones de café. Es como ser el niño nuevo en el colegio, solo que sin la posibilidad de que te inviten a jugar. Drama.
Y, ¿quién decide quién entra y quién no en esta lista Black List de los desgraciados?. Ahí entran en escena los departamentos de Selección de Personal de las grandes empresas de seguridad, esos lugares donde el sentido común parece ser un bien escaso, y donde tienen la orden de seleccionar no por formación, sino más bien por el nivel de sumisión. En las empresas «negreras» no sirve tener formación y extenso currículum. Es mucho mejor ser un sumisito.
Y es que estos selectos equipos de chupa-tintas en horario de oficina, que viven de p.m gracias a esos Vigilantes a los que «seleccionan», tienen la misión de encontrar al candidato perfecto: que viene a ser alguien que no cuestione, que no se queje, que esté dispuesto a tragar todo lo que le quieran meter por el embudo que le han enchufado por el ojal, y que esté dispuesto a recibir cualquier tipo de abuso con una sonrisa en el rostro. Por supuesto, tienen sus métodos infalibles para detectar a los candidatos que puedan presentar posibles «problemas potenciales»:
- La Entrevista de Intimidación: ¿Tienes la osadía de hacer preguntas incómodas sobre tus condiciones laborales?. Esa es una marca negra en tu expediente, amigo.
- La Prueba de Sumisión: ¿No estás dispuesto a firmar un contrato que parece escrito en lenguaje alienígena y te da menos derechos que un personaje secundario en una película de terror?. Mejor busca trabajo en otro lado.
- La Evaluación de Conformidad: ¿Te atreves a mencionar tus derechos laborales o a exigir un trato justo?. Tsk, tsk, qué ingenuidad. Aquí solo queremos a los obedientes, a los que tragan y no discuten.
Las empresas de Seguridad Privada, sobre todo las «más importantes», tan preocupadas por la protección y el bienestar de sus empleados, se olvidan convenientemente de esos valores cuando alguien cuestiona su autoridad. Es casi como si el compromiso y la lealtad fueran términos unidireccionales: fluyen de abajo hacia arriba, pero nunca al revés. Hay Vigilantes muy profesionales y formados, pero que ya tienen los huevos cocidos y no aceptan ni tragan con tonterías. Y estos no interesan.
Claro, que entonces alguien recuerda que, como trabajadores, también tenemos unos derechos. Y sobre este tema de las «listas negras» habría que recordar a los que las crean y gestionan que se están vulnerando unas cuantas normas y derechos fundamentales (holaaa sindicatos!). Vamos a ver cuáles son, así de simple pasada:
- Protección de Datos: La creación y uso de listas negras podría violar el Reglamento General de Protección de Datos (RGPD), ya que se estaría manejando información personal sin el consentimiento del trabajador.
- Derecho al Honor: Según la Ley Orgánica 1/1982, estas listas podrían atentar contra el derecho al honor y la reputación de las personas.
- Estatuto de los Trabajadores: El uso de listas negras puede considerarse discriminación laboral, prohibida por el artículo 17 del Estatuto de los Trabajadores, que protege contra discriminaciones por opiniones y otras circunstancias.
- Constitución Española: Se garantiza el derecho a no ser discriminado en el acceso al empleo y en las condiciones laborales (artículo 14).
Amigos, estas listas negras de trabajadores vetados son solo una manifestación más del absurdo que permea nuestro querido sector. La creación y uso de estas listas no solo es inmoral, sino también ilegal en España. Es hora de dejar de temer a las represalias y empezar a exigir el respeto y la dignidad que merecemos como profesionales. Si todos nos quedamos callados, nada cambiará. Y si no podemos reírnos de estas prácticas ridículas, ¿qué nos queda?
Así que, la próxima vez que sientas que te están pisoteando, recuerda que eres parte de una comunidad de trabajadores que merece ser tratada con justicia. La lucha por mejores condiciones y el respeto no es solo un derecho, ¡es una obligación! Juntos podemos desterrar estas listas negras al olvido, donde pertenecen.
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