(Por SoySeguridadPrivada) – Son varias las causas que pueden provocar una parada cardio-respiratoria: recibir una fuerte descarga eléctrica, ahogo por inmersión, efectos de fármacos, anestesia o haber realizado un esfuerzo físico extremo pueden terminar provocando que la circulación de la sangre se detenga y no llegue suministro de oxígeno al cerebro. Si una persona entra en este estado la muerte es inminente, por lo que se debe actuar de inmediato aplicando técnicas de reanimación cardiopulmonar y respiración artificial.
Al mismo tiempo, se debe avisar rápidamente a los servicios de emergencia más cercanos para indicar el estado de la víctima y su ubicación exacta, y no se debe abandonar en ningún momento la reanimación cardio-pulmonar si no se ha recibido ayuda médica profesional. Lo ideal es poder disponer de un desfibrilador externo automático (DEA) ya que se trata del tratamiento más eficaz para contrarrestar la parada cardiaca. Pero si no se dispone de un DEA, se debe realizar masaje cardiaco y respiración boca-boca hasta la llegada de ayuda médica.