(Por SoySeguridadPrivada) – Parece que si hay algo que I-Sec realiza mejor que la vigilancia privada, es el arte de intentar eliminar a trabajadores incómodos. El último capítulo de esta vergonzosa saga se escribió en el aeropuerto de Hondarribia, donde un vigilante con conciencia reivindicativa se ha convertido en un “problema” demasiado grande para su empleador. ¿La solución?. ¿Negociar?. ¿Dialogar?. Pues no. Mejor utilizar a la Guardia Civil para que sirva de peón en un despido camuflado.